La Masonería como toda organización debidamente estructurada está regida por normas, usos y costumbres que todos estamos llamados a cumplirlas. Si bien es cierto, que estos elementos nos otorgan derechos a los Masones, es menester hacer hincapié en que más que derechos, tenemos obligaciones y deberes que cumplir.

Surgen interrogantes como: ¿Por qué el nombre de Orden Masónica? ¿Por qué la necesidad de una estructura jerárquica? ¿Por qué los masones debemos comprenderla? ¿Cuál es su significado? ¿Cuál es su fin?

Sin duda, podemos encontrar un sinnúmero de explicaciones de la palabra «Orden». Para el Q.·.H.·. Eduardo R. Callaey (Buenos Aires, 1958): «…Orden implica una regla y esta, a su vez, impone un pacto de adhesión. En la francmasonería este pacto está sellado por un acto solemne denominado iniciación (…)». De esto podemos colegir que la institución masónica si bien se rige en base a sus leyes o estatutos, esta se perenniza por la habitualidad de la práctica de sus usos y costumbres, atada directamente a lo que nosotros conocemos como sus “Antiguos Linderos”.

La Ceremonia de Iniciación marca nuestro compromiso con la Orden Masónica y como se menciona en el Ritual del Aprendiz (pag. 51) lo hacemos de libre y espontánea voluntad, ante el Gran Arquitecto del Universo; juramos no revelar jamás los secretos, actos ni misterios «(…) así como obedecer la Constitución y Estatutos, Leyes, Decretos de la Muy Respetable Gran Logia Equinoccial del Ecuador, el Reglamento y disposiciones particulares de esta Respetable Logia y las del Rito que ella practica (…)«. Este no es un simple juramento y compromiso, sino es la obligación para mejorarnos y contribuir a la prosperidad de nuestro entorno. También nos debemos a la obediencia vertical a la autoridad con que los Queridos Hermanos están envestidos en sus labores de Dignidades y Oficialidades. Estas singularidades, distinguen a nuestra Orden de cualquier tipo de organización común, y han contribuido a su consolidación a lo largo de los tiempos.

Uno de los ejes fundamentales de la Masonería es el Respeto Absoluto. Jamás un Q.·.H.·. puede dirigirse irrespetuosamente al Venerable Maestro, Primer y Segundo Vigilantes, Dignidades y Oficialidades del Taller y cualquier otro Q.·.H.·.. Todos, estamos obligados a observar la debida mesura y compostura tanto dentro como fuera de nuestros Templos. Trabajamos fraternalmente entre iguales, sin jerarquías sociales, ni económicas, despojándonos de los méritos y reconocimientos profesionales o profanos.

El sentido de pertenencia a la Orden, es en perseverancia, en conciencia, de manera vivencial, en la habitualidad del trabajo y el estudio con paciencia, usando con cuidado las herramientas que nos han sido entregadas. De ahí la trascendencia de que el trabajo masónico sea pagado con más trabajo, en ese proceso continuo y fraterno del desbaste y bosquejo de nuestra propia piedra en bruto y en la construcción de un mejor Templo Social.

Por:

Pedro D. Dávila Jácome

Bibliografía:

1. JANS, Sebastian, “Trazado Entre Columnas”, 2008.
2. NIETO MARTINEZ, Carla, “La Masonería, Ritos y Símbolos”, 2007.
3. https://eduardocallaey.blogspot.com/2012/01/la-nocion-de-orden-en-la-francmasoneria.html
4. Ritual del Grado de Aprendiz Masón del REAA
5. Reglamento General al Estatuto de la Muy Respetable Gran Logia Equinoccial del Ecuador